SCROLL
POLÍTICA DE PRIVACIDAD
CONDICIONES DE USO
Almería nos dejó señales desde el pasado en la cueva de los Letreros, también en sus cielos estrellados, en la asombrosa geoda del Pulpí, en el fabuloso fondo submarino de Cabo de Gata o en el hollywoodiense parque temático Oasys… La extraordinaria playa de los Muertos es otra gran pista.
Por Almería no pasen o será su perdición.
ALMERÍATE ESTREMECE
No pises los jardines de la maravillosa Alhambra. No se te ocurra esquiar en Sierra Nevada por la mañana y pasear por el Albaicín cuando caiga el sol. Nunca aparezcas por las Cuevas del Sacromonte, ni por sus yacimientos arqueológicos de poniente.
No preguntes por el poeta García Lorca o perderás la cordura irremediablemente.
Empezar por Granada sería una locura.
GRANADATE QUIEBRA
El vértigo que provoca el puente de Ronda es el mismo que provoca el Museo del genio Picasso. Evita también los otros grandes museos de la ciudad. No pises las playas de la Costa del Sol. Que no te hable del Valle del Gualahorce ni del Caminito del Rey.
Definitivamente, Málaga está llena de peligros.
MÁLAGATE CONMOCIONA
Por mucho que leas sobre ella, nadie está preparado para Jaén. Aunque sepas que Úbeda y Baeza sean Patrimonio de la Unesco, el flechazo es irremediable. Son dos joyas que brillan como el aceite de oliva, la exquisita esencia de la cocina mediterránea.
Hectáreas de olivares te lo están diciendo: no te acerques por Jaén que te enamoras.
JAÉNTE SOBRECOGE
Tu corazón no es tan fuerte como para conocer de golpe el Real Alcázar, la increíble Catedral o la famosa Plaza de España de su capital sin que sufras serias consecuencias. Protege tu alma del barrio de Triana o de la casa donde nació el inmortal pintor Velázquez. Huye de la Vega del Guadalquivir y de su Sierra Norte.
Te lo decimos por tu bien. Sevilla no es buena idea.
SEVILLATE IMPACTA
Tan salvajes como los míticos caballos de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre de Jerez son las playas de Cádiz. Si vas, te perderías en ellas. Recomendarte playas como las de Tarifa o Caños de Meca solo lo haría un loco.
Tampoco te diremos que pruebes las tortillitas de camarón. Cádiz, ni de lejos.
CÁDIZTE IMPRESIONA
Desde aquí se inició un viaje que cambió el mundo para siempre. Qué mejor motivo por el que no acercarte a sus bellezas incomparables. Al inmenso Parque Nacional de Doñana, a su exquisito jamón de Jabugo o a pueblos que son un tesoro escondido, como el de Niebla.
Mejor quédate donde estás, porque Huelva engancha..
HUELVATE SACUDE
¿Quién está dispuesto a no volver a ser él mismo por visitar un lugar? Por eso debes mantenerte lejos de Córdoba y su Mezquita, de su barrio judío y de Medina Azahara. No te dejes embrujar por sus famosos patios. Evita su campiña, su vino de Montilla. Y, por lo que más quieras, no pruebes su salmorejo o ya nada te sabrá igual.
Mucho cuidado con Córdoba.
CÓRDOBATE CRUJE
Almería nos dejó señales desde el pasado en la cueva de los Letreros,también en sus cielos estrellados, en la asombrosa geoda del Pulpí,en el fabuloso fondo submarino de Cabo de Gata o en el hollywoodiense parque temático Oasys… La extraordinaria plata de los Muertos es otra gran pista.
No pises los jardines de la maravillosa Alhambra. No se te ocurra esquiar en Sierra Nevada por la mañana y pasear por el Albaicín cuando caiga el sol. Nunca aparezcas por las Cuevas del Sacromonte, ni preguntes por el poeta García Lorca o perderás la cordura irremediablemente.
El vértigo que provoca el puente de Ronda es el mismo que provoca el Museo del genio Picasso en Málaga. Evita también los otros grandes museos de la ciudad. Y por favor, que no te hablen de la Costa del Sol, ni del Caminito del Rey.
Tu corazón no es tan fuerte como para conocer de golpe el Real Alcázar, su increíble Catedral o su famosa Plaza de España sin que sufras serias consecuencias. Protege tu alma del barrio de Triana o de la casa donde nació el inmortal pintor Velázquez.
Tan salvajes como los míticos caballos de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre de Jerez son las playas de Cádiz. Si vas, te perderías en ellas. Recomendarte playas como las de Tarifa o Caños de Meca solo lo haría un loco. Tampoco te diremos que pruebes las tortillitas de camarón.
Cádiz, ni de lejos.
Mejor quédate donde estás, porque Huelva engancha.
¿Quién está dispuesto a no volver a ser él mismo por visitar una ciudad?Por eso debes mantenerte lejos de Córdoba y su Mezquita, de su barrio judío y de Medina Azahara. No te dejes embrujar por sus famosos patios. Y, por lo que más quieras, no pruebes su salmorejo o ya nada te sabrá igual.